Lo primero de todo, la seguridad. Nos pusimos un arnés y un casco, y lo más importante, aprendimos a utilizarlos correctamente.
Después nos dividimos en tres grupos y cada grupo se dirigió a uno de los tres circuitos acompañado por un monitor.
Al principio nos costó un poco: nos daba un poco (o mucho) de miedo, nos costaba utilizar los mosquetones... Pero luego todo iba más rodado y ¡nos lo pasamos genial! ¡Sobre todo nos encantaron las tirolinas!
Después de llevar a cabo la actividad, comimos y vuelta a nuestros pueblos. ¡¡Fue un día inolvidable!!
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